Dos blockchains de capa 1 centradas en stablecoins se han lanzado el mismo día, generando un gran impacto en los sectores de criptomonedas y tecnología financiera.
Stripe ha presentado “Tempo” tras desarrollarse en secreto, mientras Circle ha anunciado “Arc” al mismo tiempo que publicaba sus resultados financieros.
A simple vista, ambas plataformas son blockchains públicas diseñadas para optimizar los pagos.
No obstante, su lógica interna es radicalmente diferente: Stripe actúa como proveedor de servicios de pago con control directo sobre la distribución a comercios y desarrolladores, mientras que Circle—creadora de USDC—aspira a convertir su stablecoin en una red completa.
Empecemos por la pregunta clave: ¿Por qué no seguir el modelo de Coinbase (Base) o desarrollar una estrategia de capa 2 como Robinhood?
Si la ventaja competitiva reside en la distribución—migrando millones de usuarios y comercios al entorno blockchain sin fricción—el enfoque de capa 2 es el más efectivo.
Aprovecha la seguridad y el ecosistema de desarrolladores de Ethereum para implementar rápidamente, y permite beneficiarse de la economía de las tasas de los secuenciadores.
El acceso directo a usuarios y la integración de aplicaciones son lo que ha hecho triunfar a Base; no fue la tecnología novedosa. Este modelo ha demostrado ser válido.
Entonces, ¿por qué Stripe y Circle apuestan por la capa 1?
Porque las “cadenas de pago” están surgiendo como una vertical independiente.
Una nueva generación de blockchains de capa 1—centradas en Tether, incluyendo Stable y Plasma chains—apoyan una idea: los stablecoins requieren su propio layer base orientado a pagos, que funcione como gas, ofrezca comisiones predecibles y permita liquidaciones casi instantáneas; no deben conformarse con ser “huéspedes” en blockchains generalistas.
Este contexto presiona a Circle: Si los stablecoins rivales respaldados por dólares desarrollan sus propias capas de liquidación, USDC no puede limitarse a ser otro token; debe transformarse en infraestructura de referencia.
Al analizar con detalle, la estrategia de Circle va más allá de la simple defensa.
Arc y Circle Payments Network (CPN) avanzan alineados, replicando la estrategia de “red de redes” de Visa, pero sobre blockchain.
Son plataformas abiertas, compatibles con EVM, nativas en USDC y orientadas a pagos, divisas y nuevos casos de uso en mercados de capitales.
La clave está en un movimiento decisivo: Circle acepta ceder más ingresos de la parte visible a emisores y distribuidores, cobrando solo una modesta tasa de red a cambio de maximizar el efecto red.
Esta es la estrategia que llevó al éxito a las redes de tarjetas: comisiones bajas, adopción masiva, generación de confianza y expansión de los puntos de acceso.
Así, “Arc vs. Stable/Plasma” es más relevante aún que “Circle vs. Coinbase”.
Si las cadenas respaldadas por Tether fijan el estándar de “stablecoins nativos + pagos instantáneos”, Circle necesita aportar más que puentes hacia otras infraestructuras: debe ofrecer una red que otros utilicen como base.
En este sentido, la apertura debe ir más allá del discurso comercial: la distribución de nodos validadores, el acceso a herramientas de desarrollo y la facilidad de operar y retirarse entre cadenas determinarán si Arc es realmente una infraestructura pública o solo tecnología propia con nuevo nombre.
De lo contrario, caerá en el ciclo recurrente de descentralización, escalabilidad y recentralización.
Para Stripe, el potencial de Tempo en capa 1 depende de su apertura real.
Si Tempo es verdaderamente público, minimiza permisos, es compatible con EVM e interoperable de forma nativa, Stripe puede convertir su capacidad de distribución en catalizador de una red abierta.
No se trata de crear un ecosistema comercial cerrado, sino de abrir una vía pública y equitativa para todos los participantes.
Si, por el contrario, la gobernanza, la validación y los puentes están bajo control firme de Stripe, la comunidad pronto alertará sobre la dependencia: hoy es atajo, mañana será peaje.
Visa ya demostró a la industria que la confianza universal comienza con la interoperabilidad, no solo con el valor de marca.
Por tanto, la decisión entre capa 1 y capa 2 debe estar alineada con el modelo de negocio.
Para emisores como Circle, avanzar hacia la capa de red resulta natural.
USDC como gas de transacción, privacidad opcional, liquidación determinista y FX incorporado atraen operaciones transfronterizas B2B, comercios en plataformas y actividades en mercados de capitales; las soluciones competidoras obligan a Circle a convertir la escala en dominio de red rápidamente.
Para procesadores de pagos como Stripe, que ya controla el “último tramo”, la capa 2 suele ser el estándar.
Evita las cargas de gobernanza y seguridad de la capa 1, y aporta composabilidad y confianza de la comunidad desarrolladora—salvo si Tempo integra la apertura como principio esencial desde su origen.
Se suele decir que Stripe está a la ofensiva y Circle a la defensiva en la carrera por la capa 1.
Esta percepción es correcta en parte, pero incompleta.
Stripe puede activar la demanda aprovechando su distribución; Circle no cuenta con canales de usuario directo y su actividad está fragmentada en diferentes cadenas y socios.
Sin embargo, si Arc y CPN recuperan la estrategia de Visa en blockchain, Circle deja de parecer defensiva y pasa a reescribir las normas por vía de estrategia de red.
Circle convierte los servicios periféricos en commodities y estandariza el núcleo de liquidación.
Incluso si los ingresos principales se distribuyen entre emisores, exchanges o procesadores, el beneficio es una mayor cobertura de red.
Circle no necesita alcanzar los volúmenes de Base—su ventaja es poder redefinir el enfoque de mercado.
El riesgo sistémico real es la fragmentación disfrazada de avance.
Si cada gran empresa lanza una cadena de pagos “semiabierta”, regresamos a la época preinternet de redes cerradas.
Los adaptadores apenas conectan redes aisladas, incrementando costes y debilitando la resiliencia.
La métrica clave no debe ser el TPS, sino: ¿Es genuinamente abierta? ¿Permite una salida sencilla? ¿Es igual de accesible para terceros?
Solo se logra escala real si la apertura del protocolo se mantiene—rompiendo el ciclo de descentralización, escalado y recentralización.
Pruebas accionables para ambos proyectos:
Para Circle: lanzar la testnet pública según lo previsto; perfeccionar el “USDC como gas” para que comercios reales puedan entrar sin necesidad de formación; publicar estándares de nodos validadores transparentes y accesibles; asegurar que CPN siga siendo multichain, evitando incentivos que redirijan el tráfico únicamente a la cadena de Circle.
Para Stripe: optar por la capa 2 como Celo, o hacer Tempo radicalmente abierto: incorporar validadores externos con rapidez, publicar el código fuente de clientes y módulos críticos, separar la gobernanza de la cadena del control corporativo e integrar la “red de redes” en el propio protocolo, no solo en el discurso comercial.
La distribución sigue impulsando la velocidad de adopción, pero nunca debería poner en peligro la infraestructura pública.
No es una competición por velocidad ni funcionalidades: es la decisión entre protocolos abiertos y infraestructuras propietarias.
El enfoque de Circle es ofensivo aunque aparente defensa; si Stripe construye capa 1, la apertura debe convertirse en un principio inviolable—de lo contrario, los mejores desarrolladores abandonarán.
Al final, el reto no es superar el TPS, sino quién logra construir confianza universal y composabilidad en todo el ecosistema.
Así es como se escala sin renunciar a la apertura del protocolo.