El dinero virtual es reconocido como un activo o propiedad por las autoridades fiscales en varios países debido a las diferencias en su precio de negociación y la naturaleza de las ganancias. Las ganancias generadas durante el comercio, el intercambio y la tenencia deben ser gravadas de acuerdo con la ley. Este movimiento no solo cierra las lagunas de evasión fiscal, sino que también ayuda a regular el comportamiento del mercado y proteger los derechos e intereses del público inversionista.
Los Estados Unidos consideran el dinero virtual como propiedad y imponen un impuesto sobre las ganancias de capital en las ganancias de transacción, ingresos por minería y airdrops. Japón, por otro lado, aplica una tasa impositiva progresiva sobre la renta personal, que puede llegar hasta el 55%. Singapur no tiene impuestos sobre las tenencias personales, pero las empresas están obligadas a pagar impuestos. China aún no ha unificado sus estándares fiscales, pero las regulaciones se están endureciendo. Taiwán (en adelante referido como Taiwán) no tiene leyes específicas, pero ha endurecido la gobernanza a través de auditorías fiscales y mecanismos de informes suplementarios.
El Ministerio de Finanzas de Taiwán clasifica el dinero virtual como "ingresos por transacciones de propiedad", exigiendo que todos los retiros que realicen ganancias sean declarados para el impuesto sobre la renta integral. A finales de 2024, la oficina de impuestos descubrió más de NT$130 millones en informes cortos, lo que resultó en multas adicionales que superan los NT$34 millones. Los ingresos por staking y los rendimientos de DeFi también pueden caer bajo el alcance tributario en el futuro, y ha entrado en una fase de auditoría estricta.
Incluyendo ganancias de la compra y venta, beneficios de pagos e intercambios de moneda fiduciaria, ingresos de minería y airdrop, así como el cada vez más común staking y el interés de DeFi. Los inversores pueden enfrentar impuestos atrasados, multas o incluso responsabilidad legal si no informan de manera oportuna.
El enfoque está en mantener un registro completo de la información de cada transacción, incluyendo la hora, el tipo de moneda y el precio convertido a la moneda local, etc. Herramientas como CoinTracking y Koinly pueden utilizarse para ayudar a generar informes fiscales. Cuando sea necesario, busque asistencia de contadores profesionales o asesores fiscales para garantizar informes transparentes y evitar riesgos fiscales.
Los conceptos erróneos comunes incluyen la creencia de que la tributación no es necesaria mientras no se realice, la dependencia de información no reportada de los intercambios, ignorar las ganancias de airdrop y NFT, y la noción de que las transacciones transfronterizas no necesitan ser reportadas. En realidad, ya sea que las tenencias se liquiden o no, las ganancias se consideran ingresos gravables, y el principio de ingresos mundiales se aplica por igual.
La tributación del Dinero virtual se está convirtiendo en un requisito básico para el Cumplimiento de la industria, y los inversores no deben albergar ninguna ilusión. A través de registros y declaraciones oportunos y completos, la tributación legal no solo protege los derechos e intereses de uno, sino que también beneficia el desarrollo saludable a largo plazo del mercado. Mantenerse atento a los cambios de política y utilizar herramientas profesionales es clave para lograr una inversión conforme.
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